1. DEFINICIÓN DE SESIÓN:
La sesión es:
- la unidad temporal del proceso de enseñanza-aprendizaje y
- constituye el último eslabón en la programación en la que profesor y alumnos entran en interacción para que la mismo se haga posible.
La sesión no debe
ser considerada como una mera sucesión de actividades o ejercicios, sino que
representa el desarrollo planificado de diferentes factores ordenados sobre un
tema principal. En la sesión, el profesor presenta a los alumnos una serie de
tareas que obedecen a unos objetivos didácticos y que en función del modo en
que se presentan inciden sobre un tipo u otro de capacidad de los alumnos.
2. PARTES DE LA SESIÓN: El desarrollo de la
sesión ha estado caracterizado por la estructuración en varias partes, bien por
la clasificación de los ejercicios según diferentes criterios o sobre la base
de una curva de intensidad o criterios racionales.
Vaca (1996)
realizó una revisión histórica sobre las diferentes estructuras en las sesiones
de Educación Física en España durante las últimas décadas:
- Década 50-60’: primero una tabla de gimnasia, seguida de una serie de competiciones por equipos sobre diferentes juegos y deportes
- Gimnasia natural austriaca (G. Smith): animación, trabajo postural y del movimiento, destrezas y vuelta a la calma
- Modelo psicocinético (Le Boulch, 1969): calentamiento, ejercicios de percepción, ejercicios de coordinación dinámica general, ejercicios de educación de la respiración y relajación.
- 70-90’: calentamiento, parte principal y vuelta a la calma.
Otra propuesta
divide la sesión según las estrategias del profesor, siendo característica de
los primeros ciclos del sistema educativo. En ella, las partes la componen los
cambios de estrategia que adopta el profesor ante la tarea o problema inicial
presentado.
Castañer
y Camerino (1991) establecen como partes de la sesión una fase de
exploración, una fase de desarrollo y una fase de ejecución total.De emplearse
estrategias de reproducción, las partes pasarían a denominarse fase de
familiarización o animación, fase de desarrollo y fase de conocimiento de los
resultados en situación real.
Bores y Escudero
(2000) realizan también una revisión sobre las diferentes estructuras de sesión
que han predominado en nuestro país en las últimas décadas, en el cual se
proponen diferentes esquemas de sesión en función de los contenidos a trabajar
y los objetivos que se persigan (mejora
de las capacidades físicas, introducción a las técnicas genéricas de deportes
con balón, la gimnástica, las carreras, o varias a la vez,....) fuertemente
influenciado por los planteamientos del modelo Psicocinético de Le Boulch
(Bores y Escudero,2000). Estos autores explican como a pesar de estas
indicaciones, durante todo el periodo de la ley de educación de 1970
(1970-1990) la sesión que predomina es la que se estructura en tres partes: calentamiento,
parte principal y vuelta a la calma. Bores y Escudero (2000) consideran que
esta estructura de sesión refleja que el criterio principal a la hora de
dividir los tiempos de una sesión de EF es el fisiológico, y que dicha estructura es la misma que puede
encontrarse en cualquier entrenamiento deportivo extraescolar. También
considera que a partir de la Reforma Educativa (LOGSE,1990),
dicha estructura debería evolucionar hacía planteamientos más educativos:
Lógicamente, si los criterios predominantes son los educativos (el
interés por los procesos de aprendizaje y las situaciones educativas, la
importancia de considerar y tener en cuenta los diferentes ámbitos de la
persona: afectivo, motor, cognitivo, social; y su influencia en el desarrollo
de los procesos de enseñanza-aprendizaje), la estructura de la sesión sufrirá
un importante cambio. López-Pastor
y cols. (2003) señalan la importancia de tener en cuenta la intencionalidad
educativa de la sesión, ya que determinará la metodología a utilizar así como
los momentos y fases de la misma. Estos autores hacen referencia a tres momentos que debe tener toda
sesión de Educación Física:
- Momento de encuentro
- Momento de actividad motriz
- Momento de despedida
A través de cada
uno de los momentos o fases, se personaliza el trato con el alumno y se le
prepara para el cambio de actividad e implicación corporal, compartiendo con él
la intencionalidad educativa (López-Pastor
y cols., 2003)
En la actualidad,
el esquema de clase es concebido como una globalidad que responde a un
desarrollo progresivo de la actividad mediante una serie de fases que giran alrededor
de unos objetivos concretos.
En este sentido, el
esquema que mayor aceptación tiene es el que propone la estructuración en tres
partes:
1. Parte inicial
o preparatoria. Comprende una fase de presentación de la actividad
(introducción del tema, comportamientos que se pretenden desarrollar,
actividades a realizar y organización de grupos y material) y otra fase de
preparación tanto fisiológica como psicológica mediante la realización de una
serie de ejercicios ligeros y conocidos con anterioridad que no requieran
muchas explicaciones, así como formas jugadas que propicie la motivación de los
alumnos. Considerando los cuarenta y cinco minutos como tiempo real, su
duración no debe superar los diez minutos.
La parte
preparatoria debe estar directamente relacionada con la segunda parte de la
sesión y ello supone que la selección de las tareas predisponga y posibilite el
tema central de la sesión. Por ello, esta parte debe suponer una puesta en
acción progresiva pensada como un período de adaptación fisiológica y
psicológica a la temática de la clase.
Las tareas que se
propongan en la parte inicial deberán ser variadas y amenas, evitando la
repetición sistemática de los mismos ejercicios en todas las sesiones y
recomendando aquellas de carácter general o global encaminadas a la activación
fisiológica y a la motivación hacia la actividad.
2. Parte principal o fundamental.
Es aquella en la que se desarrolla el tema central de la sesión. La selección
de las tareas se hará sobre la base de los objetivos establecidos y es en esta
fase cuando se alcanzan los períodos de actividad de mayor intensidad,
debiéndose cuidar al máximo los aspectos relativos a las características de las
cargas de esfuerzo y a sus correspondientes descansos o recuperaciones. Tiene
una duración aproximada de treinta a treinta cinco minutos.
3. Parte final o de vuelta a la
calma. Tiene como propósito facilitar la vuelta progresiva al estado de
normalización (fisiológica y psicológica) mediante la realización de
actividades de de carácter sensorial, de relajación y de estiramiento. La parte
final de una sesión no debe constituir una fase independiente o especial ya que
su tratamiento va a depender de la parte principal, teniendo en cuenta el
esfuerzo realizado durante la parte anterior.
De la misma manera que en la parte inicial se producía
una presentación de la sesión, es en esta parte final cuando tiene cabida una
pequeña reflexión (a modo de breve comentario con los alumnos) encaminada sacar
conclusiones sobre el logro de los comportamientos a desarrollar, el progreso
de la clase, la participación de los alumnos, la intensidad de la sesión, etc.
Las actividades de vuelta a la calma deben ocupar de forma aproximada unos
cinco minutos del tiempo total de la sesión.